A San José esposo de María
Letra: Himno de la Liturgia de las Horas
Música: Oscar Silva Fernandez
Disco: Dios no ha muerto (2005)
El alba mensajera del sol de alegre brillo,
conoce ese el martillo que suena en la madera,
la mano carpintera madruga su quehacer,
y hay gracia antes que el sol en el taller.
Cabeza de tu casa del que el señor se fía,
por la carpintería la gloria entera pasa,
tu mano se acompasa con Dios en la labor,
y alargas tú la mano del Señor.
Porque fue varón justo lo amo el Señor,
y dio el ciento por uno su labor,
porque fue varón justo lo amo el Señor.
Humilde magisterio bajo el que Dios aprende
que diga si lo entiende quien sepa de misterios,
si Dios en cautiverio se queda en aprendiz,
aprende aquí la casa de David.
Sencillo sin historia de espalda a los laurels,
escalas los niveles mas altos de la gloria,
que asombro hacer memoria y hallarte a tu ascensión
tu hogar, tu oficio y Dios como razón.
Porque fue varón justo lo amo el Señor,
y dio el ciento por uno su labor,
porque fue varón justo lo amo el Señor.
Y pues que el mundo entero te mira y se pregunta,
di tu como se junta ser santo y carpintero,
la gloria y el madero la gracia y el afán
tener propicio a Dios y escaso el pan.
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