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San José, Esposo de la Virgen María
Solemnidad
Antífona
de Entrada
Celebremos
con alegría la fiesta de san José, el siervo
prudente
y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.
Se dice Gloria.
Oración
Colecta
Oremos:
Dios
todopoderoso, que quisiste poner bajo la
protección
de san José el nacimiento y la infancia de
nuestro
Redentor, concédele a tu Iglesia proseguir y llevar a
término,
bajo su patrocinio, la obra de la redención humana.
Por
nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera
Lectura
Lectura
del segundo libro de Samuel (7, 4-5. 12-14. 16)
En
aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo:
“Ve y
dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto:
‘Cuando
tus días se hayan cumplido y descanses para
siempre
con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre
de tu
sangre, y consolidaré su reino.
El me
construirá una casa y yo consolidaré su trono para
siempre.
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa
y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono
será
estable eternamente’ ”.
Palabra
de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo
Responsorial Salmo
88
Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré
sin cesar la misericordia del Señor y daré
a
conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho:
“Mi
amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos.
Su descendencia perdurará eternamente.
Un
juramento hice a David, mi servidor, una alianza
pacté
con mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía
para
siempre y afianzaré tu trono eternamente’.
Su descendencia perdurará eternamente.
El
me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios
que
me protege y que me salva’. Yo jamás le retiraré
mi
amor ni violaré el juramento que le hice”
.
Su descendencia perdurará eternamente.
Segunda
Lectura
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los romanos
(4, 13.
16-18. 22)
Hermanos:
La promesa que Dios hizo a Abraham y
a sus
descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no
dependía
de la observancia de la ley, sino de la justificación
obtenida
mediante la fe.
En esta
forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda
asegurada
la promesa para todos sus descendientes, no
sólo
para aquellos que cumplen la ley, sino también para todos
los que
tienen la fe de Abraham.
Entonces,
él es padre de todos nosotros, como dice la Escritura:
Te
he constituido padre de todos los pueblos.
Así
pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios
en
quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a
la
existencia a las cosas que todavía no existen. El, esperando
contra
toda esperanza, creyó que habría de ser padre de
muchos
pueblos, conforme a lo que Dios le había prometido:
Así
de numerosa será tu descendencia. Por eso, Dios le
acreditó
esta fe como justicia.
Palabra
de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación
antes del Evangelio
Honor
y gloria a ti, Señor
Jesús.
Dichosos
los que viven en tu
casa; siempre, Señor, te
alabarán.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
†
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
(1, 16.
18-21. 24)
Gloria a ti, Señor.
Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la cual
nació
Jesús, llamado Cristo.
Cristo
vino al mundo de la siguiente manera: Estando
María,
su madre, desposada con José y antes de que vivieran
juntos,
sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo,
estaba
esperando un hijo.
José,
su esposo, que era hombre justo, no queriendo
ponerla
en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras
pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le
dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir
en tu
casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por
obra
del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás
el
nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados”.
Cuando
José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado
el ángel del Señor.
Palabra
del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oración
de los Fieles
Celebrante:
Invoquemos
a Dios, que confió a San José la custodia
de
su Hijo, y pidámosle que por su intercesión escuche lo
que
con fe queremos pedirle.
Digamos:
Te rogamos, óyenos.
Para
que la Iglesia del nuevo milenio cristiano sea como
San
José, fiel custodia, de los misterios del Verbo de Dios y
para
que se vea enriquecida con la constante intercesión
del
esposo de la Virgen María.
Oremos
al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Para
que San José, que fue un trabajador fiel y un padre
ejemplar,
consiga de Dios que a nadie falte trabajo e interceda
por los
que deben mantener y educar una familia.
Oremos
al Señor.
Te rogamos, óyenos
Para
que mirando a San José, que supo contemplar al Hijo de
Dios,
muchos jóvenes fijen su mirada en Jesucristo que los
ama, y
lo sigan con generosidad: pidamos especialmente por los
seminaristas
y por los que los acompañan en su formación.
Oremos
al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Para
que quienes hoy celebran su onomástico, a
ejemplo
de su santo, vivan con sencillez de corazón y
con
deseo de los bienes eternos, sean fieles custodios
de la
fe que han recibido y gocen un día de la felicidad
eterna
de Dios.
Oremos
al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Para
que los agonizantes y los que hoy dejarán este mundo,
por
intercesión de San José, descubran la misericordia de
Dios
que se les manifiesta y puedan dejar este mundo en
paz. Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Para
que al celebrar esta Eucaristía dejemos que Dios avive
nuestra
fe y nos haga testigos de su amor para nuestros hermanos.
Oremos
al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Celebrante:
Ayúdanos,
Señor, y ya que en nombre de San José,
fiel
custodio de tu Verbo encarnado, te hemos suplicado,
no
permitas que nunca nos apartemos de Ti, antes bien
danos
tu luz y tu verdad para permanecer atentos a tu voz y
dóciles
en tu servicio.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración
sobre las Ofrendas
Concédenos,
Señor, celebrar esta Eucaristía con el mismo
amor
y pureza de corazón con que se entregó san José
a
servir a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
de San José
Misión
de san José
El
Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos
el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos
gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso
y eterno.
Y
alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san
José,
el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de
Dios,
el fiel y prudente servidor a quien constituiste jefe de tu
familia
para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Hijo
unigénito,
concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo
nuestro
Señor.
Por él,
los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales
celebran tu gloria, unidos en común alegría.
Permítenos
asociarnos a sus voces cantando humildemente tu
alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona
de la Comunión
Alégrate
siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu
Señor.
Oración
después de la Comunión
Oremos:
Señor,
protege sin cesar a esta familia tuya que se alegra
hoy
al celebrar la festividad de san José, y conserva en ella
la
vida de la gracia que le has comunicado por medio de la
Eucaristía.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Tú eres mi
padre, el Dios que me protege
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